martes, 4 de enero de 2011

Peter Pan, el musical

Las diez palabras con las que abre el musical :

-Todos los niños crecen. Todos menos uno. Había una vez...

Tengo que admitir que el problema no lo tengo con la obra, capaz de mantener entretenidos a dos niños de seis años, sino con el personaje de Peter Pan. Me sigue pareciendo un gilipollas. Esa insistencia en creer en las hadas y en no dejar de soñar resultan ridículas.

Mientras veo la obra recuerdo una escena de "Al faro", de Virgina Woolf. Es el mismo tema desde el otro punto de vista, el que me interesa :

"Y, besando el cabello de su hijo, pensó : nunca volverá a ser tan feliz, pero se detuvo bruscamente, recordando lo mucho que su marido se enfadaba cuando le oía decir aquello. Sin embargo, era verdad. Eran más felices ahora. Un juego de té de diez peniques hacía feliz a Cam durante días. Les oía dar zapatazos y gritar entusiasmados en el piso de arriba tan pronto como de despertaban. Recorrían el pasillo a toda prisa, se abría la puerta de golpe y allí estaban, frescos como rosas, abriendo mucho los ojos, completamente despiertos, como si aquel entrar en el comedor después del desayuno, algo que hacían todos los días de su vida, fuese para ellos su verdadero acontecimiento; y así sucesivamente, una cosa tras otra, a todo o largo del día, hasta que subía a darles las buenas noches y los encontraba atrapados en sus literas como pájaros entre cerezas y frambuesas, todavía inventando historias acerca de alguna menudencia: algo que habían oído,algo que habían encontrado en el jardín. Todos tenían sus pequeños tesoros...de manera que bajaba y le decía a su marido: ¿Por qué tienen que crecer y perderlo todo? Nunca volverán a ser tan felices"

"Al faro" - Virgina Woolf - Página 72

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