Faulkner para
niños : Apenas tenemos tiempo para estar juntos por la tarde y la lista de los
temas pendientes es amplia : mochilas, deberes, baños, cena. Hacemos las cosas
deprisa, saltando de una a otra, e imaginando de vez en cuando cómo sería todo
si saliéramos de trabajar a las tres de la tarde : un lujo. Hubo un tiempo en el que nos quejábamos, pero el
alivio duraba poco y nos dejaba de mal humor.
El buen humor es importante. A
veces hasta consigue que en una hora quepan sesenta y cinco o sesenta y seis
minutos.
Esta noche, por ejemplo, les
ponemos sopa de letras para cenar porque el viernes tienen examen de lengua (Aquí recuperamos esos cinco o seis minutos extras).
Con un poco de tiempo más, habría preparado una sopa con un texto de Faulkner y
otra con un párrafo del Mío Cid. Habría sido una tarde interesante, ejercitando
la paciencia como cuando de pequeño ayudaba a quitar una a una las lentejas
malas del barreño en el que las volcaban.
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