La pegatina del CDS : Técnicamente
hablando, las cosas en esta estación de autobuses son mejorables. En el panel
de mandos de los extractores, por ejemplo, hay trabajo que hacer : El que
controla el del fondo está en posición manual, pero el de la entrada está en un
estado intermedio entre paro y manual que parece anunciar la ausencia de mando para
el extractor del centro, donde solo se ve un trozo de papel de celo con ese
añadido blanco que señala que se ha llegado al final del rollo.
Debajo de los tres mandos hay una
pegatina que pide el voto para el CDS y que sirve de clave para entender lo que
sucede. Las cosas están así para que tengas la impresión de que los autobuses
además de en un sitio, te dejan en una fecha; que puedes pedir un billete para
Benidorm, 1972, sin más comentario por parte del tipo de la taquilla que el de
recordarte que el precio lo tienes que pagar en pesetas.
Un buen antídoto frente a ese
constante esfuerzo con el que la tecnología, como los vigilantes de guantes blancos
en el metro japonés, nos empuja en el vagón del futuro. Uno debería pasearse
por aquí cuando las cosas van demasiado deprisa para echarle unas cuantas
piedras al reloj de arena. Los grandes autobuses aparcados tienen la
contundencia de esas inmensas anclas con las que los barcos se fijan contra la corriente.
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