martes, 15 de enero de 2013

Granja de canguros




Granja de canguros : La botella de “Yellow tail”, con un canguro en su etiqueta, proyecta tres sombras en la pared (13,5%), pero es un vino que se deja domesticar y que acepta su hueco entre los platos con el pan rallado, el huevo batido y la pechuga de pollo fileteada. Lo abres una noche para cenar y a la siguiente sigue ahí, fiel como una mascota sin pedigrí (sólo sabes que viene de un pueblo de Australia que se llama Yenda), preguntándote a su manera qué tal te ha ido el día. Un sorbo. Hay que celebrar que existan vinos así, que no se sienten humillados cuando los sacas a pasear sólo para una copa y después los encierras con el corcho junto al recipiente del aceite usado y la botella vacía de agua. Por todo esto, en una zona del tendedero tenemos nuestra pequeña granja de canguros, con las tres principales razas, a saber : Cabernet sauvignon, Merlot y Shiraz”.

En botellas vacías como ésta vamos introduciendo las escenas fundamentales (cotidianas) de nuestra biografía. Como no somos muy conscientes de ello, en vez de arrojarlas al mar para que nos llegue a nuestra isla desierta, las lanzamos al contenedor verde. O al amarillo. No, no, al verde.

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