Añoranza del salvaje
oeste : Dejo la ropa encima del respaldo de una silla como los restos de un día
que tampoco tiene nada ya que lo mantenga en pie (las horas que quedan no son
huesos, sino cartílagos). Descubro entonces algo que ya sabían en el lejano Oeste : el alma de un hombre está en la hebilla de su cinturón. Lo único
que en este momento se mantiene erguido a pesar de nosotros mismos.
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