sábado, 16 de febrero de 2013

Otro cromo para mi colección




Otro cromo para mi colección : Entro en cada librería como si lo hiciera en la embajada de ese país al que, sin saber muy bien dónde está, pertenezco. Como donde vivo no hay ninguna, tengo que conformarme con esa función secundaria, de consulado, que tienen los quioscos.

Los sábados despliegan todas sus revistas como flores tratando de vencer la resistencia de los que solo vamos a por el periódico. El juego dura poco porque llego ya con el deseo de rendirme. Y en ese preciso momento me convierto en mi abuelo, preguntándoles a mis hijos qué quieren, como él hacía conmigo. Insisto hasta que me responden, como también hacía él. Daniel, que unos cromos de animales de National Geographic. Lucía, que unos sobres de una colección de perros y gatos. Todo se podrá volver virtual, menos los cromos y este rato (mi cromo) en el que, sentados en un banco, van rasgando los sobres para descubrir cuáles tienen y cuáles no. 

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