martes, 7 de junio de 2011

Una dosis de Van Gogh


Cuenta John Berger en “La producción del mundo” cómo, en una reunión del Transational Institurte de Amsterdam, descubrió que no podía seguir nada de lo que se decía, que era incapaz de darle coherencia a los significado : la conexión entre las palabras y sus significados estaba rota.

Salió de la calle y entró en el Museo Van Gogh. Al principio pensaba que estar ahí era lo peor que podía hacer para calmarse, pero a los dos minutos de ver sus obras se encontró sereno y tranquilo.

“La realidad había quedado confirmada”

Usando esa experiencia como base, Berger analiza por qué Van Gogh puede ser una forma de respuesta a un tipo peculiar de angustia. Su respuesta es clara : porque Van Gogh refleja ese esfuerzo de la existencia, que para él es la realidad

“Cuando pintaba un pequeño peral en flor, el acto de subir al savia, de formarse el brote, romperse el brote, de formarse la flor, aparecer los estambres, hacerse pegajoso los pistilos, todos estos actos estaban presentes en su acto de pintar. Cuando pintaba la tierra surcada de un campo recién arado, su propio acto encerraba el movimiento de la hoja removiendo la tierra”

¿Y por qué es necesario aproximarse a la realidad? ¿Por qué necesitaríamos de Van Gogh? Berger podría haberse detenido en la anécdota de la charla de Transational Institute, pero quita esa capa para mostrar la que hay abajo.

La realidad, afirma Berger, es algo que no se nos es dado. Sí, están los hechos, pero por sí mismos no bastan. La realidad no es eso, sino la construcción que realizamos con esos hechos y para la que es imprescindible la imaginación. Si no se hace ese esfuerzo, acaba oculta por un conjunto de clichés que identificamos como realidad, lo que termina produciendo esa angustia que impidió a Berger entender nada de lo que se decía.

Por eso Van Gogh es una respuesta a esa angustia. Porque él mismo dedicó su obra a la búsqueda de la realidad.

“Los colores, el clima mediterráneo, el sol eran para él vehículos que conducían hacia la realidad; no eran objetos de deseo en sí mismo. Su anhelo se intensificada en las crisis sufridas cuando sentía que no lograba salvar realidad alguna”

La realidad como producción. La realidad como el esfuerzo de la existencia.

“El “mundo entero” que Van Gogh ofrece como respuesta al vértigo de la nada es la producción del mundo. Una pintura tras otra son un modo de decir, asombrado pero con cierto desasosiego : funciona”

Leí este ensayo de Berger ayer y he estado pensando en él durante todo el día. En esa angustia de Berger, en su análisis de Van Gogh, en la importancia de la imaginación, en la identificación de los clichés con la realidad, en la diferencia entre hecho y realidad, en ese esfuerzo que tiene que hacer la existencia, en la identificación entre esfuerzo y realidad, en la función terapéutica del arte, en ese arte que se convierte él mismo en cliché y en todas las veces en que nos han hablado de la obra de Van Gogh sin decirnos nada de ella.

Una dosis de Van Gogh en seis páginas.

2 comentarios:

  1. Creo amigo... que Berger tampoco entendió a Van Gogh,un pintor atormentado porque no se reconocía en sus pinturas, porque pretendía capturar la esencia de las cosas y solo plasmaba un débil realidad.
    Me he enrollado..jajaja. es que la obra de Van Gogh es para mi una joya, está fuera de todo estudio posible. Bss

    ResponderEliminar