Leer versiones infantiles de obras clásicas está muy bien. Es como pasear al niño mientras corres, que al niño le da el aire y tú sudas un poco. Con el libro infantil , logras que a tus hijos les empiecen a sonar algunos nombres y tú te ahorras leer el original.
La Odisea, por ejemplo.
Ulises, que está contento porque el Telémaco le ha salido muy bien, pero ya tenía planes apra esa noche.
-Ahora vuelvo, Penélope.
Y se va a una ciudad con Menelao y otros a montar la de Troya. La cosa se alarga porque los troyanos juegan en casa.
-¿Ahora te pones a jugar con la madera?
-Calla Menelao. Mira qué caballo. A meterse dentro y que no es os escuchen las risas.
Para partirse. Caballo dentro, soldados fuera y el Ulises que se pone medallas en el pecho.
-Muchas medallas son ésas – dice Poseidón – Por listo vas a dar más vuelta que un taxista con turista en la M-50.
Y Ulises se convierte en turista y su nave en el primer crucero que recorre la zona, parando aquí y allá para limar asperezas : que si el del ojo de la frente, que si Circe y su zoo, que si las sirenas, que si el monstruo de las seis cabezas y el otro que se traga el barco con tripulantes y todo.
-Vaya mierda de profeta que está hecho el Tiresias, para eso que elijo la otra ruta.
Ulises se queda sin amigos y con un trozo de su barco al que se agarra para mantenerse a flote, lo suficiente para llegar a la cueva de la ninfa Calipso, que se enamora de él y le ofrece su otra cueva, para que sea inmortal ahí dentro. Sería un buen final, pero no, que Ulises piensa en Penélope.
Y Hermes convence a Calipso de que deje marchar a Ulises, pero Poseidón no está de acuerdo y vuelve a tragarse su barco. Y van dos, lo que es poco si se tiene en cuenta que Ulises ha matado a su hijo Polifemo, grande feo y con un solo ojo, pero hijo suyo. No todos pueden tener como hijo a Pep Guardiola.
Tiene suerte este Ulises porque llega a la tierra de los feacios, que, por su nombre parece que fueran a oponerse a todo.
-Somos feacios a hacer eso.
Pero no. Le llevan a Ítaca, donde Penélope hace que termina un sudoku para borrarlo por la noche y así alejar a los pretendientes. Atenea convierte a Ulises en un anciano para que el reencuentro sea más espectacular. Nada del estilo.
-Ulises, cuánto tiempo has estado fuera
Sino
-Anciano, tensa el arco y pasa esa flecha por todos esos anillos. (Doble lectura evidente, pero es que Penélope lleva mucho tiempo sin un hombre a su lado)
Y el anciano que lo logra y Penélope que se olvida del sudoku porque ahí está su amado. Telémaco también está contento.
-¿Qué hacemos para celebrarlo, papá?
-Matemos a todos estos pretendientes.
Familia que mata unida, permanece unida.
PD Aunque le daban los sudokus prácticamente hechos, Penélope no era capaz de encontrar la solución. No iba despacio porque quisiese, es que no podía ir más deprisa aunque lo deseara, que es la forma educada de decirlo.
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