No todos los días están en la playa, pero cuando la recorren, de un lado a otro, a su paso van apareciendo pequeños aviones blancos en el aire. Cuento cinco aviones y les digo a los enanos que hoy andan por la playa. Los tres salimos corriendo hasta que les reconocemos : dos adultos con sombrero de paja, la piel morena y, junto a ellos, una gran caja.
Aviones a dos euros.
Hace unos días se nos escaparon porque no teníamos dinero, pero hoy está todo previsto. Lucía y Daniel corren apretando una moneda de dos euros en la mano. Los dos hombres nos ven llegar y, sin decir nada, parecen reprendernos con la mirada, como si con las prisas no se fuera a ninguna parte.
Uno, el menos alto, coge las piezas del avión y las monta, ajustando el resultado con un cuchillo que tiene en la mano. Le tiende el resultado al otro, que es el que habla. La cosa va en serio :
-El avión se coge por aquí (por la misma zona por la que se levantan los gatos). Ni por aquí (morro) ni por aquí (cola). De aquí a la derecha podéis correr, pero si vais en sentido contrario, sólo se puede andar. Cuidado con caminar los dos muy juntos porque se pueden unir los hilos. Soltad el hilo poco a poco y agarrad el carrete con las dos manos. Cuando os marchéis de la playa, lo mejor es que lo desmontéis y lo cuidéis para que no se rompa ninguna parte.
Un consultor, por decir esto, nos habría cobrado quinientos euros.
El hombre no bromea y no les entrega los aviones a los enanos hasta que ve que asienten varias veces. En otros tiempos, a uno le explicaban con menos detalle las cosas cuando firmaba una hipoteca. Se ve que vamos aprendiendo.
sí que Lucía va con su avión, feliz. A su lado, Daniel, con el suyo. Por alguna razón que quizás descubramos dentro de unos años, el tema de los aviones está muy presente estas vacaciones.
Les pido que me dejen coger el hilo para ver qué se siente. El avión responde a los movimientos del aire con pequeños tirones que me hacen pensar en el sedal cuando estás pescando. No sé qué se puede atrapar con un cebo como éste. Por lo pronto, unas cuantas fotografías, claro.
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